lunes, 15 de diciembre de 2008

Caso de plagio

[La siguiente es la carta enviada por el blogger Juan José Guzmán a Luciano A. Rizzutor reclamándole por un uso indebido del contenido de su blog. ]

Estimado Licenciado Luciano A. Rizzutor:

Previo un cordial saludo, paso a comunicarle lo siguiente:

Su artículo sobre el Nóbel de Economía del presente año, Paul Krugman, presenta en ciertos párrafos similitudes con mi artículo publicado el día miércoles 15 de octubre en mi blog sobre economía: http://19punto85.blogspot.com/

Mediante la herramienta denominada "Copyscape" acabo de enterarme de dichas similitudes, lo cuál no me molesta amparado en la información abierta de la Internet. Sin embargo algunos derechos de mi blog se encuentran registrados y protegidos por una licencia de Creative Commons, además de que existe un banner de la herramienta que le mencioné, "Copyscape", que tiene claramente especificado no copiar los contenidos de la página.

Mi artículo original: http://19punto85.blogspot.com/2008/10/nobel-affairs-por-qu-paul-krugman-es-el.html

Su Artículo: http://www.revistafacultades.com.ar/notas/314-krugman-lo-hizo.htm

Como verá la parte final de su artículo tiene cierta similitud con parte del mío.

Existen exactamente 291 palabras ordenadas de manera muy similar (incluidos párrafos enteros) que coinciden entre su artículo y el mío.

Según la licencia Creative Commons de mi blog: (copio textualmente de la página de CC) (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/)

Usted es libre de:
copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra
Bajo las condiciones siguientes:
Reconocimiento. Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o licenciante.

No comercial. No puede utilizar esta obra para fines comerciales.
Sin obras derivadas. No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra.

Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra.
Alguna de estas condiciones puede no aplicarse si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor
Nada en esta licencia menoscaba o restringe los derechos morales del autor.

Yo asumo que de ninguna manera ha existido mala intención de su parte en contra de mi persona (y mi trabajo), pero sin embargo existimos quienes defendemos la originalidad de los trabajos, más aún si son académicos, tengo documentos que prueban la originalidad de mi artículo, así como que íntegramente fui yo quien lo escribió (y cito las fuentes que usé para ello).

Ahora más allá de que la parte "coincidente" no describa mayores revelaciones académicas que una simple explicación, esta es MÍA con leves alteraciones SUYAS.

Las similitudes las puede encontrar resaltadas en los siguientes links:

http://www.copyscape.com/view.php?o=78187&u=http%3A%2F%2Fwww.revistafacultades.com.ar%2Fnotas%2F314-krugman-lo-hizo.htm&t=1228193615&s=http%3A%2F%2F19punto85.blogspot.com%2F&w=50&c=&i=1&r=10

http://www.copyscape.com/original.php?o=78187&d=78194&w=50&i=1&r=10#copyscape_start


Tengo entendido, además, que su artículo fue publicado en una edición (47? 48? 49?) de la Revista Facultades, no sólo en la web.

Copyscape sugiere las siguientes alternativas (ellos definen lo anterior como plagio): http://www.copyscape.com/respond.php

Espero su pronta comunicación, presentándome los descargos respectivos. Cabe acotar que le informo esto sin ninguna mala onda, sólo con la esperanza de encontrar una explicación lógica a este incidente.

Saludos Cordiales.


JUAN JOSÉ GUZMÁN CALDERÓN

sábado, 13 de septiembre de 2008

Respuesta a Alexis Iparraguirre

Alguien identificado como Alexis Iparraguirre, por lo visto vinculado a la Universidad Católica, hace algún tiempo, octubre de 2007, manifestó en este post lo siguiente:
Alexis Iparraguirre dijo...
Debo de señalar que conozco personalmente a más de un miembro del GCC y que respeto la capacidad de su inteligencia y su potencia para reflexionar y tomar decisiones. Sin embargo, también debo de señalar que en las discusiones, censuras y exclusiones de algunos -los más beligerantes- pervive una moral bastante peculiar, que se rige por la lógica de grupos que, lamentablemente, parece que rigió durante los ochenta entre los alumnos de nuestra casa de estudios, cuando la imagen de "inteligencia" daba más prestigio que ahora, en una PUCP, según opinión pública, muchó más exclusivista y snob. No hago mal, si parafraseo esa moral así: "Tú eres mi pata, eres inteligente". De ello se sigue una lealtad a medias infantil, a medias diplomática del tipo: "Si eres mi pata y te equivocas, solo te maleas (porque si no, arruinas mi imagen de inteligente); si no eres mi pata y te equivocas, entonces sí eres una bestia y te cae con todo". Ello puede explicarse por la natural desconfianza entre grupos que, provenían de una Lima múltiple, y quienes de seguro veían en cada diferencia una señal para tachar o discriminar, y no, como nos ha enseñado a las malas la violencia política, una posibilidad de acoger e integrar. A ello debe añadirse también la natural cuota de suspicacias paranoicas que implicaba entonces participar en la vida política -todos los GCC han hecho política universitaria en una época furiosamente ideologizada, pero solo de la puerta de la universidad para adentro- y las cuotas de tensión y simulación que implica vivir entre el jolgorio de la juventud y la aspiración a integrarse a la docencia en una institucíón que, por esos años, era notoriamente más conservadora que hoy. Lamentablemente, me parece, los blogger maduros de hoy reflejan toda la red de contradicciones larvadas desde entonces, que implicam una fuerte disociacíón de la personalidad entre discursos públicos y miedos privados. Afortunadamente, los noventas fueron mejores años para la Católica.

11:07 PM

Un grueso párrafo dedicado al GCC. El dueño del blog donde se hace este comentario le responde a Alexis Iparraguirre, tratándolo de "Alexis".

En otra ocasión, en noviembre de 2007, alguien también identificado con el nombre de Alexis Iparraguirre con un discurso parecido manifestó lo siguiente:


Hola Daniel:
Lo que cuentas me parece parecido a algo que le pasó a un amigo mio, Jean Pierre Vaudenay en la PUCP. Su profesor de periodismo, Gargurevich, lo desaprobó en el ensayo final arguyendo plagio. La única explicación que dio el profesor es que Jean Pierre no podía haberlo escrito porque era muy bueno. Vaudenay ciertamente no había sido un asistente a clase modelo, pero a mi me consta que es un estudiante de primera -incluso ganó un concurso de ensayo en la universidad. El profesor, basándose en us prejuicios hacia Jean Pierre, que suponían para este una escasa capacidad intelectual, lo estaba condenando sin derecho a juicio. Pero eso no fue lo peor. Aquí viene lo de Ripley (y no la tarjeta): cuando apeló al Decano de su facultad -Lucho Peirano- este le dijo que si quería problemas los iba a encontrar. Fascinante. Esa es la posición de un hombre culto frente a lo excepcional cuando lo excepcional no le simpatizas Yo creo que algunos miembros del gran combo club padecieron experiencias análogas-prácticas autoritarias- y frente a ellas solo les quedó admitir que funcionaban, eran ineludibles, y recursos válidos. Hacia eso evolucionaron. No creo que toda evolución, en esta dirección, sea positiva. La seducción de ejercer irreflexivamente la capacidad de silenciar y prejuzgar es otra rumbo que todos alguna vez hemos enfrentado. Me gustaría creer que hemos aprendido una lección contraria que los mandamaces del GCC

Comentario por alexis iparraguirre — 11 Noviembre 2007 @ 19:14

Curiosamente, el comentario ha sido borrado de su contexto original.

Veamos. En el primer comentario es sobre la moral. Se habla de "censuras y exclusiones". En el post Sobre cómo el GCC acabó siendo blanco de los blogstars expliqué extensamente el asunto. No fue un tema de "censura" ni "exclusión". Hubo razones que no vale la pena repetir. Lo que sí es cierto es que hubo más gente, como el comentarista (asumamos que es hombre), que se sumó al cargamontón sobre el GCC sin haber tenido ningún conflicto previo con el blog colectivo.

Según lo que el mismo comentarista, Alexis Iparraguirre, identificado con la Universidad Católica, declara, él "conoce personalmente a más de un miembro del GCC" y el tema sería generacional. En los ochentas entre los estudiantes se habría cultivado un reconocimiento a la inteligencia de tipo amiguista, con desconfianza a la "Lima múltiple" en una época "furiosamente ideologizada" pero sólo dentro de la universidad. Los noventas fueron mejores, pues la PUCP es notoriamente menos conservadora.

Está equivocado de cabo a rabo. Nada que ver. Es el problema de hablar o escribir de lo que no se sabe. El error consiste en creer que los estudiantes gozaban de algún tipo de reconocimiento. Para nada. Quienes gozaban de reconocimiento eran los profesores. Los estudiantes eran a lo más asistentes. No es que hubiera muchos estudiantes a quien admirar por su inteligencia. Y, finalmente, a pesar de los intentos de homogenización de Iparraguirre, el GCC es un grupo muy plural, con muchas experiencias diferentes. A mí me ha tocado ver supuestos sabelotodos que sólo sancionaban como bueno lo que decía la gente de su entorno, pero para nada me he sentido identificado con ellos. Y lo visto en los ochentas, noventas y en el dos mil también. Ya se dijo esto en el tango "Cambalache". ¿Entonces?

Lo de la desconfianza hacia la "Lima múltiple" es completamente ridículo y constituye otra exhibición de los prejuicios de Iparraguirre. Habla como si la gente del GCC viniéramos de una "Lima uniforme" y desconfiáramos de la "Lima múltiple". Yo soy limeño de primera generación, como la mayoría de contribuyentes en el GCC. ¿Entonces?

La PUCP era más "elitista y snob" en los ochentas. Posiblemente, pero posiblemente también más en los setentas, y más en los sesentas. ¿Entonces? Sin embargo, los años ochentas fueron años de democracia; los noventas, de Fujimori. A pesar de la crisis, en la PUCP hubo posibilidades que no hubo con Fujimori. Quienes se formaron viendo a Fujimori tomaron como natural lo que hacía ese gobierno y sus medios. Cuidado lanzar la primera piedra a otros.

Veamos ahora lo de la ideologización. Otra patinada. La época de las aguerridas militancias fue la década del setenta, no del ochenta, con la excepción, claro está, de la militancia en los grupos terroristas, que también tuvieron presencia en "nuestra casa de estudios". En los ochentas la izquierda perdió el monopolio de muchos gremios estudiantiles, incluyendo la FEPUC. Más aún, las opciones de izquierdas ya no eran las más radicalizadas y partidarias, sino que se trataba de independientes de izquierdas. Fue una época desideologizada, si algo. Al menos más desideologizada que en los setentas.

¿Tensión entre disfrutar de la juventud y la aspiración a integrarse a la docencia? Otro prejuicio. Entre los pocos del GCC que se integraron a la docencia no he percibido tensión alguna. Si es lo que te gusta hacer, como es tautológico, lo disfrutas.

¿"Disociación entre discursos públicos y medios privados"? Por favor.

Estamos, pues, ante una sarta de prejuicios. El autor del párrafo desconoce de lo que está hablando.

El segundo párrafo ilustra más de lo mismo, por lo que creíblemente se trataría del mismo autor. Y al igual que en el primer párrafo éste alude a su vinculación a la PUCP, pues menciona con nombre propio a tres personas de la PUCP.

Los miembros del GCC habríamos padecido "prácticas autoritarias" y por lo tanto nos hicimos la idea que éstas eran ineludibles y ahora somos autoritarios. Correspondientemente, Iparraguirre nos califica de "mandamases". Bueno, ¿mandamases de qué? ¿De administrar nuestro blog? Es ridículo. Seguramente Iparraguirre es mandamás de su comentario. ¿Y? ¿Por qué alguien tendría que intentar hacer todo un perfil psicológico de otras personas por algo tan de perogrullo? Al fin y al cabo el ejemplo que menciona parece ser del presente, no de los ochentas. No es que antes había rígidas "prácticas autoritarias" y ahora ya no. Sigue habiendo. Acaso tanto como antes. Haberse metido con el doctor Luis Peirano y haberlo calificado de "mandamás" en un espacio propio, no como comentario en un blog ajeno. Haber criticado cómo las autoridades presentes están tratando a los trabajadores. La conservadora PUCP de los ochentas no los trató así. Haber dicho algo por el otorgamiento de doctorados a dedo en la PUCP o por la modificación del reglamento para la reelección de las autoridades. Si vamos a hablar de mansamases, Alexis Iparraguirre tiene un amplio terreno para decir algo en "nuestra casa de estudios" que tanto le preocupa y a la que está vinculado.

Actualización: Dos intervenciones más de alguien identificado como Alexis Iparraguirre, publicadas aquí en noviembre de 2007. El mismo estilo divagante y pomposo de los párrafos anteriores:
Alexis Iparraguirre said...
Estimado Fantomas:

En mi opinión hay dos problemas distintos:

1. El primero es si Mónica Feria es pasible de algún tipo de acusación ahora por filosenderista. Por más repugnante que sea esa posibilidad, por la historia de violencia previa, no veo en todo lo dicho algo que apunte a esa posibilidad. En mi país no hay delito de opinión, y en teoría nunca debio haberlo. En el peor de los casos podría acusarsele de eso, pero eso no se pena, por más deslindes tibios que haga Diganos que ese el el asunto legal.
2. En segundo lugar, esta el asunto de si puede ser aceptada por el colectivo GCC como un interlocutor válido o por cualquier grupo en particular. Sobre ese asunto, un asunto ético por derecho propio, creo que en realidad depende del grupo. Marco Sifuentes, por ejemplo, tiene razones para dudar de ella, y ello es razonable puesto que tiene justificaciones atendibles. Del mismo modo, Silvio Rendón considera que todo lo que podía explicar Mónica ha sido dicho ya por ella; en la cuota de las jsutificaciones que Silvio atiende, ella ya cubrió lo suficiente. Salas y Faveron juzgan lo contrario, pero son por razones que ellos consideran, para este caso, indespensables, a saber: hay una moral objetiva frente a la cual existen categoría equivalentes a pecado, virtud, falta, arrepentimiento. A mi no me consta que estas categorías las apliquen siempre, pero ahi están. Del mismo modo, con esto de que se trata de un tema Derechos Humanos y este tema tiene una faceta legal, tienen la perturbadora costumbre de proyectar el tema de ética a la antesala de la justicia criminal. Lo más sensato para las personas como Rendón, que creen en Mónica Féria, y la consideran un interlocutor válido sería decirles a estas personas que discrepan de él que su opinión es su opinión, y todos en paz. Pero Rendón supone que habla de las mismas cosas que Faverón habla cuando este se refiere a los Derechos Humanos, que tiene un punto en común fundamental con él y que, porque comparten ese punto, no debieran discrepar, y ello lo disuade de dejar la discusión por las buenas. Pero eso es falso. Para Faverón cuando habla de derechos humanos, en este caso, supone un sistema, me parece, equivalente a la dogmática cristiana, algo que si se trasgrede queda solo la condenación, la penalidad, el automático arrepentimiento, la retracción humillante o la muerte civil. Pero ello, me parece, sería ajeno a la cultura de los DDHH que admiten la compasión, la dignidad individual y el derecho a la privacidad, que hace de lo no legalmente punible una falta que puede purgarse en lo intimo, sin dar explicaciones a nadie. Ninguna sociedad que cree en los Derechos Humanos exige la virtud o el estado de gracia, porque si no no existiría; los DD HH surgen en Europa para garantizar la variedad; no la moral objetiva. Si Rendón llega a entender que está hablando de una cosa distinta que las que podrían hablar, por ejemplo, criptocatólicos fundamentalistas, entonces podrá dejar de discutir y sentirse mejor. De hecho, todos los grupos podemos formarnos la impresión que querrámos de Mónica Feria y los que puedan conocerla serán testigos de su verdad como persona, si así quieren aceptarla. Pero si inflinge la ley, naturalmente se le castigará como a todos.

November 2, 2007 7:28 PM
Inexacto como en otros párrafos, ¿a que viene tanto perorar sobre los derechos humanos y su contraposición a la "dogmática cristiana", si al final va a hacer insinuaciones sobre inflingir la ley y advertir sobre posibles castigos?

Y esta otra:
Alexis Iparraguirre said...
Estoy de acuerdo con cada uno de los puntos sostenidos por Silvio. Pero no veo, en teoría, cómo de posturas contrarias se llegan a conclusiones parecidas. Yo postulo que legalidad y moral no tienen por qué ir unidas -me parece una historia afortunada que en esta época se intercepten en algunos tramos, y me parece una alianza provechosa-. Silvio postula que es la separación entre legalidad y moral es lo que permite a Faverón suponer la culpa de la señora Feria. Yo creo lo contrario: históricamente, los ejemplos de morales particulares generalizadas en sus contenidos concretos bajo la forma de leyes son las que producen las más disparatas acusaciones; por eso hasta Benedicto XVI, en su libro sobre Jesucristo, agradece que se haya separado la Iglesia, una productora de moralidad objetiva, del Estado para librarla de papelones (aunque su argumentación es ad majorem gloriam dei). Sin embargo, creo que las diferencias teóricas que se resuelven de modo semejante en la práctica nos dicen que, en asuntos humanos sobre todo, las diferencias teóricas son poco prácticas. Un saludo cordial.
Alexis Iparraguirre.

November 3, 2007 7:37 PM
Incomprensible. En particular la repetitiva oración antes del "saludo cordial". Total, ¿qué propone?

jueves, 4 de septiembre de 2008

Respuesta al Sr. Iván Thays 2

El Sr. Iván Thays declara tener otras cosas de qué ocuparse que le impedirían relacionarse socialmente en forma correcta con quien no lo ha atacado (aquí). Sin embargo, esas palabras no son nada creíbles, pues bien que se da tiempo y esfuerzo para responder, atacar, y maltratar a su interlocutor. Este señor se equivocó de cabo a rabo conmigo. No leyó bien, se olvidó de cómo fueron los hechos, o lo que sea, pero patinó y tuvo malas maneras. Claro, este señor da por concluído el incidente que él mismo creó, en sus términos, pero ya he dicho que no voy a aceptar una reprimenda de su parte. Creo que es un argumento muy claro. Sin embargo, ahora el Sr. Thays sale hablando de "pobre calidad fraternal, comprensiva o incluso generosa de Silvio". ¿Perdón, Sr. Thays? ¿Cómo se atreve? Usted fue el que tuvo la pataleta, usted fue quien comenzó con su tonta pelea escolar que quiso acabar con una reñida, equivocándose del todo, cosa que es claro que no reconocerá. Usted fue quien exhibió una gran mezquindad. ¿Qué le costaba reconocer que se equivocó conmigo y pedirme disculpas? En cambio, insistió con su reprimenda y su que-Silvio-no-lo vuelva-a-hacer. No, pues. No se pase. Si tiene gestos inamistosos, no se queje porque no lo considere un amigo o porque cierre la comunicación por un medio que usted usa para agredirme.Hice público el intercambio porque, como ya he explicado, es una política que sigo en ciertas circunstancias, no sólo con usted, máxime si graciosamente me concede la libertad de hacerlo. Que otros se aprovechen del asunto es algo que siempre puede ocurrir. Y se equivoca, una vez más, en asegurar que publiqué el intercambio para que le tiren tomates. Usted sigue pensando en términos de "bandos" e insiste en colocarme en el bando que le es rival. Oiga, ya he dicho que lo que me dan ganas de hacer es lo que hizo el personaje de "Amores Perros". A ver si los dos "bandos" resuelves sus diferencias comunicándose. Esa es mi posición. Que otros hayan copiado selectivamente mi post, mutilado y sin enlace, no me coloca en su bando. Rechazo que se enmarque toda acción que uno tome dentro de la bronca de "bandos". Lo rechacé cuando fui atacado en forma generalizada por un bando, y lo rechazo ahora que soy atacado por usted, señor Thays, también en forma generalizada. Afirmo la independencia y singularidad de mis opiniones. Los tomates que se tiren los "bandos" es cosa de los "bandos", no mía, y desde luego no evitarán que le responda a sus patanerías, señor Thays.

Actualización: Bueno, para tener que ocuparse de cosas más importantes el Sr. Thays vuelve otra vez al tema. Veamos su comentario:
En cuanto a lo de Silvio Rendón, todos saben que era una conversación privada y en una discusión uno puede decir lo que sea, como "haz lo que chucha" quieras o "vete al carajo" Pero ese debería quedar en el ámbito privado, sobre todo si se supone que somos amigos (ya me di cuenta de que no).El problema aqui se suscita cuando rendón quiere hacer pública una mandanda a la mierda. Si un microbusero se cruza en mi camino y le requinto la madre, debe quedar ahí. Pero si el microbusero quiere hacerme daño podria ir a los medios decir que lo mandé a la mierda. Mi reacción fue normal y privada, entre amigos, pero me equivoqué pensando que Silvio era amigo mío solo por serlo de Gustavo y Daniel, pero no lo era. Ese fue mi error, no decir "chucha"Si ves la exactadiensión de las cosas silo te reirías y nada más. A mis dos amigos Sumalavia y Carlos, siempre solemos mandarnos al caajo hasta por perder un campeonato de winning, pero ahora que estuve en una depresión muy aguda acudí a Carlos que me dio un abrazo hemosísimo y sanador. Estoy seguro de que si a él lo mando un día, irritado, al carajo, no pasaria nada ni lo iría a postear para que los demàs se burlen de mí.Repito: mi error fue pensar que Silvio era un amigo y que la conversación era privada, pero no es mi amigo y para él tampoco es privada¿Qué me queda por hacer? Simplemente repetir lo mismo, que Silvio haga de su vida y su blog lo que chucha quiera. Ese es su problema, los míos son ahora más graves que el decir una mala palabra.saludosIVAN   
Bueno, el error del Sr. Thays no fue que patinó refiriéndose a mí (pues oportunamente debatimos directamente y no a partir de lo que otros dijeron de él), no fue su reprimenda, ni su que-Silvio-no-lo-vuelva-a-hacer, o que se refirió a mí en tercera persona. Su error según él fue que pensó que yo era su amigo, porque creyó que como soy amigo de Gustavo Faverón y de Daniel Salas, soy amigo de él. No sé qué clase de amigo era este que se refería a mí en tercera persona. Yo a este señor lo vi una vez en Lima y me acerqué a saludarlo: "Hola, soy Silvio Rendon" y no me reconoció. No sé cómo pasó de eso a pensar que me podía carajear como, según él, hace con sus amigos. Pensará que la amistad es transitiva o, al parecer más acertado, pensó que estaba con alguien de su mismo "bando" con quien no era necesario conducirse con un mínimo de respeto.

El Sr. Thays se queja porque "lo até al palo para que me tiren piedras o puse su cabeza en el círculo de cartulina los circos para que me tiren tomatazos todos los que buscan, por envidia". Pero qué quejica que es. Por favor. Si alguien le tira tomatazos, que se queje con quienes así lo hacen. Yo no le he echado la culpa a nadie más que a los/as que alguna me lanzaron tomatazos. He aclarado mi posición, diferente de la de otras personas, pero no le he echado la culpa a otras personas por nada.

Veamos ahora su ilustración pedagógica con el microbusero. Si él le requinta la madre a un microbusero "debe quedar ahí", dice. No sé si este señor es también amigo de los microbuseros. No lo creo. Aún así supone que puede carajear a quien quiera y que el asunto debe quedar ahí. ¿Por qué el microbusero (es decir yo) no va a tener derecho a una reparación moral y tiene que dejarlo ahí? ¿Acaso mi blog lo leen solamente los escritores con los que el Sr. Thays se lleva mal? El Sr. Thays parece creer que el mundo se divide entre quienes están con él y quienes están contra él. Igual los/as amigos/as del Sr. Thays leen lo que yo he escrito y le dicen "Oye, Iván, te excediste". Igual lo leen mis amigos/as y me dicen "Oye, Silvio, ¿qué le pasa a ese Iván Thays?" Yo no he posteado la conversación en un blog enemigo del Sr. Thays, sino en MI propio blog, MI espacio. Hay una vida más allá del bipolarismo en que vive el Sr. Thays.

Finalmente, como el Sr. Thays insiste en su posición inicial, proveniente de una especulación de su parte, yo también especularé al respecto. Al Sr. Thays le molestó que publique las cartas de los señores Inocente e Ybarra. Lo consideró una afrenta a su persona. Como yo era "su amigo", tenía que estar de "su parte" y no publicar esas cartas o hacerlo poniéndoles un gorro en que deslindara con ellas. Sin embargo, para mí el asunto no es así. Estas personas son lectores que solicitaron un espacio en GCLA. Como antes el mismo Sr. Thays y posteriormente el Sr. González Vigil solicitaron un espacio en el GCC, procedí a atender las solicitudes de las personas mencionadas. Lo poco que tengo que decir sobre estos temas lo he dicho en un par de posts y como ya dije en una respuesta anterior, ojalá que los "bandos" arreglen sus diferencias hablando. Cuando el Sr. Thays vio un parrafito en que me refería a Miguel Gutiérrez (dentro de un duro intercambio con el Sr. Grajeda quien me tiraba tomatazos por mi supuesta asociación con el Sr. Thays) se dio por aludido y ya fue demasiado para él, por lo que reaccionó agresiva y equivocadamente acusándome nada menos que de formar parte de una intriga contra él. Tal vez pensó que mi parrafito era una concesión a la presión del Sr. Grajeda. Lo real es que se trataba de una repetición de algo que le dije directamente al Sr. Thays, como ya he explicado antes

En fin. Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Respuesta al Sr. Iván Thays

El Sr. Iván Thays en el post Las causas perdidas aludió a mi persona. Luego a pedido de alguien, que intervino cordial y privadamente, retiró la alusión. Sin embargo, antes de que retirara la alusión tuve una serie de intercambios privados con él, que lamentablemente concluyeron con estas palabras del susodicho:
Por mí, haz lo que chucha quieras.

IVAN
No tengo como política revelar intercambios privados, a menos que mi interlocutor lo apruebe o se refiera a mí con expresiones insultantes. Como en este caso se cumplen estos dos requisitos, pues tengo carta libre para hacer pública mi respuesta a este señor.

En primer lugar, la alusión original de este señor fue así:
¡Qué felicidad sentirá el intermezzo Paolo de Lima (inolvidablemente calificado como "democrático" por Carlos Calderón Fajardo) y su collera tropical! ¡Y ni qué decir de esos bloggers anquilosados que pertenecen a la secta de Miguel "ni con el pétalo de una rosa" Gutiérrez! O el mismo Silvio Rendón y su nostalgia de la nueva trova. Finalmente se consiguieron un sustento para justificar sus consignas a media voz y sus intrigas. Slavoj Zizek edita un libro titulado En defensa de las causas perdidas en el que defiende a todos estos bloggers radicalmente tímidos como la garúa.
Esta alusión fue según él porque "ESTA JUZGANDO NO MI RESEÑA SINO LOS CHISMES QUE SOBRE ELLA LANZA YBARRA Y LOS DEMAS" en el siguiente párrafo:
Para aportar algo al tema del post, quisiera decir que simpatizo con Miguel Gutiérrez. Oportunamente escribí sobre este tema. Vargas Llosa simpatizó con Fidel Castro (fusilamientos incluídos) y con las guerrillas del MIR en los sesentas (policías y guerrilleros muertos incluídos). Es claro que ha cambiado de opinión. Normal. Sólo que en su "Travesuras de una niña mala", a pesar de ya no pensar como en los sesentas, romantizó a esas guerrillas a través de un personaje, amigo del protagonista, que muere en ellas. Es lógico que la gente conserve algo de melancolía por los recuerdos tristes de épocas pasadas. No veo que a Vargas Llosa le regateen méritos artísticos por razones politicas o le exijan autoflagelamientos públicos por razones morales. No considero justo aplicarles a otros/as un estándar diferente.
Escribí, efectivamente, ese párrafo como comentario en el blog de Rodofo Ybarra. Verlo aquí. Viendo el post y la comunicación del Sr. Thays, le respondí también en privado:
Vaya, qué sorpresa.

Entré al blog de Rodolfo Ybarra porque fui aludido e insultado por Rubén Grajeda. Gratuitamente. Todo por no apoyarlo en un supuesto insulto de Iván Thays a la U. de San Marcos. Ahora me toca una alusión de Iván, porque supuestamente me puse "del otro lado". Acabo ahora haciendo eco de chismes sobre Iván.

El último párrafo sobre Gutiérrez en el comentario citado no es sino una ilustración de mi forma de pensar, que ya manifesté en un post sobre el maoísmo, hace buen tiempo. Ese mismo argumento ya fue expuesto en ese post, con link y todo. Lo repetí porque es lo que tengo que decir. No voy al ritmo del debate político-literario-personal que se viene llevando, sino a mi propio ritmo. Si Grajeda no se hubiera referido a mi, y yo no tuviera la política de responder que tengo, ese párrafo no habría existido.

Y ya que estamos, aclararé un par de cosas. El Gran Combo lector A es un espacio para quienes piden expresarse. Y la politica es que esté abierto a quien lo solicite. Antes no lo teníamos y publicábamos este tipo de pedidos en los comentarios. Así ocurrió cuando publicamos las cartas de Iván Thays o las de Ricardo Gonzáles Vigil. Definitivamente, GCLA es mucho mejor. Digo esto porque la gente se equivoca y confunde dar espacio con identificación con el contenido.

Acabo de ver la mención sobre la nueva trova. Sí, pues. Qué le voy a hacer. Silvio Rodríguez me encanta y tengo una relación de amor-odio con sus canciones. Wagner me es más prescindible.Y a pesar de la Pasión de Cristo me gusta Mel Gibson en Lethal Weapon, como me gustan las cancioncitas de Cat Stevens antes de sus fanatización fundamentalista, y ni se diga del estalinista César Vallejo.

Maestro Thays, vamos, no lo tome a mal, pues.
Mientras escribía este mensaje, como ya dije arriba, alguien intercedió a mi favor, a lo cual el Sr. Thays respondió
Bueno, solo espero que la próxima vez que Silvio quiera referirse a algo que he escrito yo, lo haga a partir de mi texto y no de lo que dice Oquendo sobre mi escrito o peor aún lo que dicen los intrigantes del blog de Ybarra.

Borraré la alusión por respeto a ti

saludos

IVAN
No sé el/la lector/a. Para mí es inaceptable este tipo de reprimendas con su no-lo-vuelvas-a-hacer, alusiones en tercera persona (cuando el mensaje va también dirigido a mí) y que se rectifique por respeto a otro (no a mí). Como no me había dado cuenta de esta inaceptable respuesta del Sr. Thays, procedí a responderle:
No había visto la respuesta de Iván a XXXX, (ni las dos intervenciones de XXXX) cuando escribí mi respuesta.

Aclaremos. En mi post http://grancomboclub.blogspot.com/2008/02/una-falacia-y-una-discusin-interminable.html toqué el tema.

En ese post transcribo tres párrafos de Iván Thays con sus respectivos enlaces. En esa ocasión Iván Thays respondió en los comentarios más de una vez, sin quejarse por no haberme referido a él.

Es por lo tanto FALSO que yo me haya referido a lo escrito por Iván a partir de lo que dicen de él Oquendo o Ybarra. Me referí a él a partir de sus escritos, debidamente citados, con interacción con él, y sin queja alguna de su parte. Iván, búscate otros molinos con qué pelearte.

Tampoco me parece aceptable que si estoy aquí te refieras a mí en tercera persona o que borres la alusión sólo "por respeto" a XXXX, quien por supuesto que se merece respeto y a quien agradezco que haya tratado de aclarar las cosas. Pero no es la forma, pues. No necesito que me perdones la vida.

Recién ahora también tengo tiempo de leer con más detalle lo de Zizek. No es un personaje del cual sepa mucho, pero lo poco que sé no me simpatiza. Es ridículo que sugieras que voy a recurrir a él como sustento para justificar consignas a media voz e intrigas. No tienes la película clara.

Iván, parece que estás con ganas de bronca y no has encontrado mejor manera que disparar perdigonazos y al que le cae que le caiga.
No creo haberlo tratado mal. (Como se ve, mantendré en reserva a XXXX. Si esta persona quiere salir al aire, es su prerrogativa). La respuesta del Sr. Thays fue la que mencioné arriba:
Bueno, yo ya borré la alusión así que el que está con ganas de pelearse eres tú. Y te asuguro que pelearme contigo por huevadas, (...), ocupa el último lugar de mis problemas.

Por mí, haz lo que chucha quieras.

IVAN
Whatever.....

Después de verme metido en esta bronca político-literario-personal, me acordaba de los primeros seis minutos de esta escena de "Amores Perros":



y me daba ganas de decirles a todos (minuto 5:00):
"los dejo en su casa y ojalá puedan arreglar sus diferencias. Ahora que si hablando no se entienden, aquí les dejo esto para que se comprendan mejor, ¿OK? Ahí les hablo luego para ver cómo les fue".

lunes, 18 de agosto de 2008

El "terror" de Iván Thays

[A continuación se publica una carta del Sr. Rodolfo Ybarra]

Estimados amigos de la escena bloggera: les envío esta respuesta al Señor Iván Thays (en datos adjuntos),
quien me ha acusado gravemente de tener "nostalgias terroristas", poniendo con ello en grado de ultranegatividad
(más allá del grado cero que él cree que hay en mis críticas
a un artículo sobre "Un Mundo Dividido", ensayo de Miguel Gutiérrez). Obviamente Thays, se cuida de poner mi nombre para evitar
posibles enredos legales, no obstante, es más que tácito de que se trata de mi blog y de mi persona.
Quiero anotar que jamás me he escondido detrás de un anónimo para criticar o dejar un comentario, siempre lo hago con respeto y
con mi nombre y apellido (y cuando la circunstancia lo exige con DNI). Por eso me sorprende que se me llame "atrabiliario" y de que
"promuevo el insulto" (¿qué poder tendré yo sobre las conciencias de los comentaristas?). Se me acusa, también, de no moderar mi
blog (lo correcto es "no moderar los comentarios del blog", imagino cuál es la mala intención de este enunciado impreciso) como si
eso fuera garantía de corrección, acaso no hay varios "blogs basura" que "moderan" comentarios. Eso no es garantía de nada. En
todo caso, sería bueno la tolerancia y la aceptación a la diferencia.
He decidido enviarles esta carta, porque este tipo de percances excede a lo que ocurre en un (mi) blog y nos compromete a ser
observadores, vigilantes de esta "nueva democracia" de los blogs (blogocracia) y la internet.

Saludos, espero que puedan postearlo en sus leídos blogs.

Saludos


RODOLFO YBARRA
http://www.rodolfoybarra.blogspot.com



EL "TERROR" DE IVÁN THAYS
Debido al último comentario (bastante lamentable por lo demás y en donde se me acusa de tener "nostalgias terroristas") proferido por el escritor Iván Thays, debo decir lo siguiente:
El hecho de que en mi blog no se "moderen" los comentarios y deje en libertad (como debería de ser) para que el lector vierta su opinión sin mayores inconvenientes o premisas, no me convierte en cómplice de opiniones contrarias, mucho menos en el "asesor" o el "provocador" de los insultos, creo que esa observación (en lenguaje emocional) es más un prejuicio que una verdad creíble. Si usted no quiere "enlazar" el link respectivo "porque "Moleskine" no avala blogs sin moderación" es su problema. Si usted cree que la "seriedad" de un blog depende de los comentarios que dejan los lectores es su problema. Si usted cree que el repudio de los lectores se traduce sólo en los comentarios (furibundos, racionalistas, adjetivistas, etc.), es, también, su problema. Considero que la cultura está por encima de las opiniones, mucho más si estas son subjetivas o alejadas de lo concreto, por eso usted encontrará en esta página el link respectivo a su famoso weblog (¿cuándo se acabará eso de las regencias con vestigios coloniales? ¿No hay acaso en algunos el gen de la esclavitud, el gen del libertador, y, en otros, el gen del despotismo?). No reclamo reciprocidad, quizás por eso no entiendo eso de "atrabiliario" que usted hábilmente pretende endosarme; qué "maldad" puede haber en alguien que busca la verdad de los conceptos o en alguien que discrepa abiertamente, salvo que usted considere el hecho de discrepar como una "maldad" en sí misma; entonces no me equivoco cuando considero que sus críticas con respecto a "Un Mundo Dividido" son de un "individualismo dogmático". Usted no entiende razones sino ideas prefijadas que le van a dar conclusiones prefijadas. Razones que no provienen de la lectura rigurosa del libro (ni de la necesaria "arborescencia") en cuestión, sino de prejuicios y de ideas fuerza donde confunde la "libertad del individuo" con la libertad para denostar sobre una obra literaria a su libre albedrío y con la venia de un círculo literario cada vez más desacreditado (no, no se preocupe, no voy a hablar de eso). Lástima que usted sólo vea la punta del iceberg, se sorprendería si leyera con detenimiento y sin subjetivismos lo que en mi anterior artículo he tratado de decirle (y que muchos han entendido, lamentablemente usted no). Por eso usted no entiende que "mi defensa" (esto ya parece un juicio) del libro de Gutiérrez pasa menos por —como dice usted— "la falacia" de que fue marginado por el establishment y que sus parientes murieron en la cárcel" (qué visión tan recortada y epidérmica, me sorprende su reduccionismo académico) que por el mismo análisis del libro, análisis que por cierto usted haciendo alarde de ese minimalismo post-industrial quiere reducir a una comparación por demás peyorativa y ridícula como son los accesorios o baratijas de guerras pasadas, "artefacto anacrónico" lo llama usted intentando ironizar con poca suerte.
Así, usted apunta: "Si el blogger hubiera leído la reseña objetivamente, sabría que lo que sostengo es que lo que hace anacrónico al libro no es el contexto que lo produjo sino el dogma que defiende". En este silogismo condicionante encuentro que —por si acaso, usted no se ha dado cuenta— los contextos son los que producen los dogmas y no al revés (aunque en cierta forma podríamos hablar de que precipitan ciertas situaciones) y hasta el "mejor" de los libros escritos con el "mejor" de los dogmas no escapa a su tiempo, aquí es donde sirve para enjuiciar o para ser condenado, por pecado expreso u omisión que es como usted quiere —o quisiera— que se resuelva esta segunda edición de "Un Mundo Dividido". Lástima que usted piense que alguien le quiere imponer algún tipo de dogma (¿no hay ahí un prejuicio bastante patológico?) o que —peor aún— alguien quiere coactar su libertad individual o frustrar su obra creativa. Eso no sólo es exagerado sino que demuestra una paranoia, un delirio por la "pérdida de la libertad" en cuyo caso usted no necesita una observación a un artículo errático, sino un médico frenópata.
No, no se preocupe usted: NO SOY TERRORISTA. No quiero volar su casa, mucho menos dinamitar su obra literaria. Eso sería una cobardía. Tampoco guardo relación alguna con ningún miembro del grupo "Narración" (a quienes debo mi admiración por la lectura de sus obras y no por el conocimiento de sus personas) o con algún "blogger exiliado que pulula por ahí". En todo caso es el tiempo y los lectores quienes acusarán recibo de sus palabras y quienes harán lo que se tiene que hacer con una literatura acomodaticia o de salón cuya mirada estrábica insiste en negar una realidad evidente.
Finalmente, apunta usted: "Si buscar comparaciones es un nivel bajo de argumentación (en relación a lo vertido por Javier Ágreda, esta precisión es mía), defender a un autor por datos biográficos y solidaridad política es el grado cero de cualquier discusión". Ergo, motejar e incriminar a alguien, sin ninguna prueba, de anidar "nostalgias terroristas" es el non plus ultra de que la discusión ha descendido a zonas batipelágicas, quizás en el terreno de lo abisal tenebroso. No sabía que a usted le interesaban los bajos fondos y las altas presiones (cuando quiera le recomiendo la mejor escuela de buceo del país), en algún momento creí percibir que a usted le interesaban más las luces, los flashes y las lentejuelas literarias.
Usted ha degradado el debate más allá de lo audible. Desde aquí puedo escuchar sus ecos.
Amable, pero firmemente,
Rodolfo Ybarra
DNI 09441432

domingo, 17 de agosto de 2008

El vano oficio de criticar sin leer

[A continuación se publica una carta del Sr. Rafael Inocente]

Estimados blogueros, en aras de la discrepancia democrática solicito la publicación del artículo de mi autoría referente al artículo del señor Thays aparecido el domingo último en El Comercio acerca de la reedición de LA GENERACIÓN DEL CINCUENTA de Miguel Gutiérrez.

Gracias por la atención dispensada

Atentamente,

Rafael Inocente

El vano oficio de criticar sin leer


Alguien dijo que el propósito último del arte es intensificar y exacerbar la conciencia moral de la gente. En particular la novela, la buena novela, tendría este efecto catártico, pues sería la forma más inmediata e insoportable de arte. La lectura de una buena novela nos cambia la vida. Sé de matrimonios que se han disuelto porque alguno de los cónyuges leyó cierta novela y decidió que la vida del personaje era más interesante que la suya propia. Puede entonces resultar doloroso leer una buena novela. Por eso pienso que para evitar este doloroso trance, Iván Thays no ha leído las ficciones de Gutiérrez, lo cual es decisión absolutamente personal de Thays, a fin de cuentas cada uno lee lo que le da la merecida gana. Pero pontificar de algo que no se ha leído, eso si tiene nombre propio.

El sentimiento inicial que experimenté al leer el artículo de Thays referido a la reedición del ensayo de Miguel Gutiérrez, La Generación del Cincuenta: un mundo dividido (Arteidea Editores, 2008) ha sido de sorpresa. No es que fuese inesperado el rechazo de un ensayo como el de Gutiérrez, rechazado ya y vilipendiado hasta el escarnio por distintos sectores, más notoriamente por la derecha liberal más ultramontana. Lo que me ha causado desconcierto es el subjetivismo y el desconocimiento de la obra de Gutiérrez de los que hace gala un literato considerado una joven promesa de la narrativa nacional.

Recuerdo que cuando cursaba el segundo o tercer ciclo de Biología en la Universidad Agraria, ávido de encontrar autores peruanos de posición honesta y valiente respecto a la putrefacción social que vivíamos por aquellos días, indagué con varios profesores de los distintos cursos de humanidades que se estudian los primeros ciclos universitarios. Desgraciadamente, la Agraria degeneró en cuanto a formación humanista desde la época en que suicidaron a Arguedas y yo estaba hastiado de tanto escritor onanista y huelepedo que cundía —cunde aún— en nuestro medio. Inquirí más detenidamente y surgieron algunos candidatos, refrendados por las voces de un par de profesores de la Universidad cuyos nombres prefiero mantener en reserva. Uno era un sociólogo con pinta de jipi reciclado, excelente profesor y amigo de los alumnos y sugirió vivamente leer a Miguel Gutiérrez, pero no solamente sus ficciones, si no además, dijo, su valioso ensayo La Generación del Cincuenta. Otro profesor, un delicado poeta que escribe en runasimi y en castellano, coincidió plenamente con el sociólogo neojipi. Debía leer a Miguel Gutiérrez.

Como mencioné, yo me encontraba empachado de aquella pléyade de escritores y poetas delicatessen con los que nos habían bombardeado en el colegio y tampoco me tragaba como muy cierta aquella vieja dicotomía entre poesía pura y poesía social. Estaba seguro que cuando un escritor o un poeta eran realmente buenos, lo eran en ambos registros. Allí estaban Vallejo, Balzac, Neruda, Víctor Hugo. Éramos, pues, un grupo de candidatos a agrónomos, biólogos, zootecnistas, forestales, prestos a salir a los campos pero no sólo como vendedores de paquetes tecnológicos de las transnacionales o plomizos funcionarios de algún ministerio, si no como reza el lema de la Universidad, deseábamos cultivar al campo, pero sobre todo al hombre, como intentó hacerlo aquél ingeniero agrónomo llamado Antonio Díaz Martínez. Por aquellos años, circulaba en fotocopia entre quienes llevábamos cursos de extensión agrícola, el libro Ayacucho, hambre y esperanza (Mosca Azul Editores, 1969, segunda edición 1985), un hermoso e implacable ensayo en el cual Díaz Martínez denunció el latifundio, las relaciones de servidumbre feudales y el gamonalismo enseñoreados en aquellas tierras, como declama en el poema inicial “Campesino hermano/tu hambre, / me duele en las entrañas; / tu sed, /la siento en mi garganta; /…” Cuando se publicó en el 1969, este libro fue recibido con calidez por estudiantes de extracción campesina, por profesores, por universitarios ansiosos de conocer una palabra alternativa al discurso hegemónico, pero además —al igual que La Generación del Cincuenta— el libro fue demonizado por la crítica académica y suscitó el odio de gamonales y letratenientes de la sociología que achacaron a Díaz Martínez escribir desde una posición doctrinaria. De manera anecdótica, se cuenta que por los 70, un latifundista serrano vociferaba por calles y plazas que mataría a Antonio a balazos. En el 1986 Antonio Díaz Martínez fue asesinado en el penal de Lurigancho junto a cientos de presos políticos, entre quienes se encontraban también Vilma Aguilar y Carlos Ayala Aguilar, esposa e hijo de Miguel Gutiérrez. Hoy, años después de aquella matanza, la investigación judicial no llega todavía a ningún resultado público.

Y fue precisamente un antiguo alumno de Zootecnia, conocido como el Abuelo Neper, quien había compartido aulas con Antonio Díaz Martínez, el que me prestó para fotocopiar —ya por el año 89 resultaba imposible conseguir algún ejemplar de La Generación del Cincuenta— el que considero tal vez el mejor ensayo que se haya escrito sobre una época del proceso literario peruano. Pero no sólo eso, pues para quienes teníamos ambiciones literarias aquél libro significó ante todo una deliciosa crónica de la vida cultural, política, social y bohemia de una generación determinante en el devenir de nuestra patria y un contundente mentís a quienes venían arrogándose la representatividad de la literatura peruana.

Todos estos recuerdos han venido a mi mente al leer la sarta de falsedades que le endilga Thays a Gutiérrez respecto a la calidad de su obra y su consecuencia de vida. Afirmar muy suelto de huesos que los personajes de las ficciones de Gutiérrez son “estereotipados” y “convencionales” refleja escandalosamente que Thays escribe porque se levantó y descubrió que se le habían caído más pelos de su adobada peluca y ni siquiera se permitió hojear alguna de las tantas novelas de Gutiérrez, muestra de manera flagrante su mezquindad frente a la obra de un escritor que viene siendo reconocido tardíamente por su extraordinaria e inocultable calidad literaria. Un muchacho como Martín Villar, abrumado por un mestizaje violento e irresoluto y que a pesar de ello lleva a buen término la novela que anima su vida, un doctor Gonzáles cuya grandeza refleja al individuo pero también al científico esforzado y pedagogo, un Padre Azcárate, rebelde en Barcelona y Piura pero siempre atormentado, un Odar Benalcázar León y Seminario, hacendado piurano proveniente de un linaje bastardo, una Sacramento Chira, matriz que da origen a la estirpe de los Villar, acaso un tributo a la sangre tallán de José Carlos Mariátegui Lachira, un Bauman de Metz, ubicuo y múltiple, una Primorosa Villar, bella y turbadora, una Xóchitl incestuosa pero sin mala conciencia, el viajero narrador de historias a un auditorio políglota en la China post revolución cultural, son todos personajes complejos y consolidados, no podemos considerarlos estereotipados y convencionales como pretende hacer creer Thays. Podría seguir recordando más personajes de la vasta obra de Gutiérrez, mas se que sería inútil. Thays va a la lectura de Gutiérrez como lo haría Alonso Alegría, ofuscado por sus prejuicios (”…pues supongo que la Cámara Peruana del Libro sabe distinguir entre el literato y el senderista, pero yo no puedo. Para mí, lo que escribe un senderista jamás será buena literatura. Es un defecto que tengo, qué voy a hacer” Dos preguntas cargosas para Miguel Gutiérrez, Perú 21, 29 de julio 2005). Para Thays, en su obnubilación individualista, no tiene cabida la superestructura ni el colectivo humano y todo lo que suene a social será doctrinero, panfletario y maniqueo. Comprensible entonces que la obra de Gutiérrez, surcada transversal y semánticamente por los conflictos étnico-sociales de un país-corral-de-chanchos nacido de una violación histórico-social le resulte insoportable. Tal vez a Thays y sus amigos le agraden más las ficciones que ensalzan un mestizaje ideal, la aculturación o la integración hacia proyectos nacionales sustentados en premisas unilaterales y pretendidamente civilizadoras. A fin de cuentas, acorde con los aires actuales de globalización cibernética y económica y crisis de los estados nacionales (¿o más bien reafirmación?), Thays admira aquellas obras en donde la exaltación del individualismo liberal se hace sin atenuantes.

Miguel Gutiérrez es agua clara en La Generación del Cincuenta. Transparente y líquido. Las bases teóricas, el rigor metodológico y la honestidad le permitieron generar planteamientos literarios y propuestas ideológicas con una fluidez tal que siguen desmelenando a los figurones de los sectores tradicionalmente reaccionarios. Aunque no exento de las incidencias propias de la subjetividad de una época, tal vez la más difícil de la historia del país, La Generación del Cincuenta continúa siendo un ensayo brillante y controversial, grato de leer, pero sobre todo desmitificador de la imposición que un grupo social intentó asignar como verdadera para toda la sociedad y la literatura peruana en particular. Eso es lo que ha enronchado a los integrantes de la llamada secta y es lo que no se le perdona a Gutiérrez. Más aún, lo doloroso para estos señores es la calidad literaria alcanzada por Gutiérrez, calidad considerada en el doble sentido de representación, estética y política. Para coronar la sordidez del artículo, Thays lanza alevemente un arma arrojadiza, intentando mancillar la vida privada y la consecuencia de un contador de historias que sigue viviendo modestamente en una casa sencilla como siempre lo hizo, sin figurar como escritor-estrella-del-rock, sin percibir ingresos del estado, ni prebendas ni mermelada alguna.

Ni concesivo ni arrugador, Miguel Gutiérrez se leerá más y mejor cada día, dejando en evidencia que desde esta tierra es posible descolonizar la ficción y la crítica y hacerlo con honestidad y rigor intelectual, sin dejar por ello de ser ameno.

¿Se leerán las novelas de Thays en el milenio que inicia? No lo sabemos. Pero, si como él vaticina —en coro con el Discovery Travel & Living— acerca de la existencia de artefactos anacrónicos en los países ex comunistas, no nos sorprendamos si nuestros nietos nos regalan con La Disciplina de la Vanidad adquirida a precio de huevo en una cachina de tiempos futuros. Eso si sobrevivimos al segundo gobierno aprista.


Rafael Inocente


Agosto 16 del 2008

lunes, 4 de agosto de 2008

Leo Zelada, el "Sanmarquino exitoso"

Al post de Rafo León El nuevo fundamentalismo le hago un comentario aquí. Al poco tiempo el Sr. Leo Zelada interviene con un ataque totalmente fuera de lugar:
(...)gente como Silvio Rendón y sus amigos, son gente que se dice de izquierda pero que han permitido hipocritamente a sus amistades insultar, denigrar a gente de los estratos populares que no le son afines. Asi que Rendon y sus amigos que comentan, no pueden acusar a Rafo León de algo que ellos hacen sistematicamente en sus blogs. Ahora la palabra correcta es decir "Emergente". Prefiero la sinceridad de Rafo a la hipocrecia de los corresponsales de Tanaka.
Esta es mi respuesta:
El Sr. Zelada tiene un serio problema de comprensión de lectura. No he acusado a Rafo León de nada. Mal podría hacerlo, además, pues en esta discusión estoy más de acuerdo con él que con Martín Tanaka. Estas acusaciones a Rafo me hacen recordar a quienes acusaban a las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma de nostalgia por el Perú colonial, cuando en realidad eran ironías de tal realidad, como lo señaló Mariátegui, José Carlos (ya que dice que me digo de izquierda...). Ironizar sobre la minoría amurallada que hoy gobierna el Perú no es ser parte de ella, ni proponerla como arquetipo, ni pensar que Lima se restringe a ella. No la ven...

Permitirás, Rafo, que responda a esta acusación: "han permitido hipocritamente a sus amistades insultar, denigrar a gente de los estratos populares que no le son afines".

Como no señala a qué se refiere, tendré que adivinarlo. Posiblemente sea a que este señor intervino anónimamente en el Gran Combo Club, en relación a este post, quejándose por lo que dijo Iván Thays en su propio blog. El pseudónimo del Sr. Zelada fue "Sanmarquinoexitoso" y esta fue la discusión:
Entonces, me agradeció con estas palabras:

"Silvio, agradezco la apertura de tu blog para este debate".

En aquella ocasión yo tampoco estaba de acuerdo y de hecho escribí el post expresándome en contra de los argumentos vertidos por Iván Thays y Gustavo Faverón. Mal puede el Sr. Zelada, que escribió desde un pseudónimo, venir ahora a acusarme de hipocrecía (sic) o de permitir insultar y denigrar a los estratos populares, que es de lo que acusa a Ivan Thays. (Además, ese no era el tema del post de Rafo ¿Por qué trae todo eso a colación?).
Un buen día comenta y agradece; otro día insulta sin que venga a cuento del tema en discusión. Al menos esta vez se presentó con nombre propio...

Actualización: Me entero de esta entrevista a "Sanmarquino exitoso":
CC: ¿Sigues considerándote un escritor maldito?

LZ: Sólo soy un poeta bendecido por el don de la palabra.

CC: ¿Qué pensarías si de aquí a veinte años en el Perú siguieran manteniendo la misma indiferencia ante tus libros?

LZ: Igual le pasó a César Vallejo, Carlos Oquendo de Amat y Manuel Scorza. Esa es mi tradición.

CC: ¿Te consideras tan buen poeta como los que mencionas?

LZ: Obvio.

CC: Sin embargo, en el Perú piensan que el mejor poeta del Grupo Neón, que tú fundaste, es Miguel Ildefonso.

LZ: Por educación no te responderé.
Bueno, queda claro que el "exitoso" poeta va con la espada desenvainada. Por algo su entrevistador lo denomina "el hígado peruano" (¿o será que ahora en Madrid creen que los peruanos nos caracterizamos por hacer hígado?).

En fin, este señor, a quien no me he referido en ningún momento, un buen día me ataca gratuita y hepáticamente. Ojalá que en algún momento complemente la bendición del don de la palabra con la bendición de la ubicación.

domingo, 29 de junio de 2008

Sobre cómo el GCC acabó siendo blanco de los "blogstars"

La Guerra de los Blogs fue, en realidad, una excusa para que los bitacoreros más representativos del medio hablen (hablemos) de su (nuestro) tema favorito: ellos (nosotros) mismos.
Marco Sifuentes


Esta historia ya fue y seguramente le interesa a poca gente. Igual he querido contar mi versión de cómo fue la llamada "blogwar" (así llamada por los "blogstars") de hace más de un año.

El Gran Combo Club era un espacio donde las discusiones se habían dado fsiempre con altura, sin moderación de comentarios alguna. La fiesta iba en paz. Hasta mayo de 2007. Entonces Daniel Salas escribe el post Pensamiento Sifuentes, a partir del cual inmediatamente surgen diversos comentarios muy agresivos y con insultos. Yo no estaba muy al tanto de lo que pasaba, pero resultaba que Daniel como Gustavo Faverón, por un lado, y Marco Sifuentes, Roberto Bustamente, J. A. Godoy, Hans Ruhr, Christian Manrique, Ernesto Reaño, otros/as bloggers y diversos anónimos, llevaban una áspera polémica, ya desde hace muchos años. Inicialmente el debate se hizo sin moderación de comentarios alguna. Sin embargo, llegó un momento en que los comentarios anónimos se excedieron en agresividad y obligaron a cambiar la política de comentarios (aquí). Todo esto venía de antes, de debates con los cuales me familiarizaría después.

La incorporación de Daniel y posteriormente de Gustavo al GCC fue algo bueno para nuestro blog. No porque coincidiéramos en lo que pensábamos, sino por su aporte argumentativo y polémico. Siempre he tratado de dejar claro que somos un grupo heterogéneo y que podemos y debemos discrepar. Por eso, creo que todos los contribuyentes al GCC han entendido que la opinión de un/a contribuyente no compromete a otro/a. En absoluto. Cualquiera podía expresar sus opiniones como parte de un grupo heterogéneo, en total libertad, sin pedir permiso, ni estar sujeto a una "línea editorial", ni nada. Nadie opinaría tampoco en nombre de todos.

Pues bien, los adversarios de debate de Daniel y Gustavo no tuvieron mejor idea que extender su bronca, que inicialmente era con ellos y sólo con ellos, a todo el GCC. No fue que yo por "amiguismo" me peleara con los adversarios de Faverón, como sostiene Marco Sifuentes aquí. No. Veamos cómo fue.

En este post de Christian Manrique Daniel Samanez se dirige a Daniel Salas involucrando al GCC:
- "Comentarios que no respondiste nunca en tu gran combo club".

- "Y si no te has dado cuenta, tu y tus amigos en el gran combo club todo el tiempo caen en la formula de la moral criolla corrupta que es la que impide que el país salga adelante."


- "Yo creo que en la mancha del gran combo club y “gente de ese tipo” existe un tremendo problema con el asunto de la responsabilidad. Como dice Matilde Caplansky para ser luego criticada por-quien va a ser- Faveron sufren de la misma enfermedad nacional llamada “síndrome de impunidad”

Por eso es que nunca piden disculpas ni asumen responsabilidad por lo que hacen. Ahí están Frisancho, Bryce, Cueto, Salas, y todos aquellos que en el Perú le echan la culpa a los cholos o a “este tipo de gente”."


Nótese cómo fue escalando en las acusaciones y en la generalización. Ni Bryce ni Cueto contribuyen en el GCC. A la vez que escribía esto en el blog de Christian Manrique, este señor hacía comentarios muy agresivos en el GCC, que no acabaron por no ser aceptados. Es más enviaba emails privados conminando a que le publiquen sus comentarios o los publicaría en blogs anónimos. Finalmente, este señor tuvo una presencia fugaz y esporádica. Una persona no tendría por qué desencadenar un conflicto mayor. Ah, pero no quedó ahí. Christian Manrique inmediatamente salió en defensa de Daniel Samanez:

Además, en el Gran Combo Club sí existe censura. Lean lo siguiente:

http://www.pensandoelperu.com/2007/05 - Daniel Samanez

Daniel Salas le replica:
En el Gran Combo se moderan los comentarios. Eso no es lo mismo que prohibirle a los otros a que digan las tonterías que quieran en sus propios blogs.

Moderación no es censura.

Dos comentarios más de Daniel Samanez:

Daniel Samanez May 11th, 2007 at 8:54 pm
A ver: o sea que Frisancho puede decir lo que sea y no esta permitido responderle ni pedirle que se disculpe, en bastante buenos términos además, sin insultarla ni nada. ¿Debemos entender entonces que para ti pedir que alguien se disculpe por cosas como las que dijo Frisancho es una tontería?


Daniel Samanez May 11th, 2007 at 9:07 pm
Hablando del tema, en tiempo real, justo en este momento, un vez mas, otra censura en gran combo. En medio de una discusión, cuando me toca responder a mi, Rendon me censura. Un comentario que no tiene nada de ofensivo, todo lo contrario mas bien.:
(...)


Arriba se puede apreciar el tipo de acusaciones de Daniel Samanez "moral criolla corrupta", "echarle la culpa a los cholos". Alguien comenta en su blog y de repente alguien que no ha sido aludido ni había intervenido hasta el momento salta a exigir que le pidan disculpas. Y no es cierto que en bastante buenos términos o sin insultar. Este señor, además, no paraba. La contribuyente no podía seguir interviniendo en su propio blog hasta que no se discupara con este señor. "Un momento, tú no puedes decir nada más, hasta que no te disculpes". Inaceptable. Pero bueno, una vez más, que en un blog surja algún "blogroach" recalcitrante le puede ocurrir a cualquiera. Pero no, había que aprovecharse de la acusación, darle cabida, magnificarla, generalizar la bronca de dos personas a todo un grupo:
ocram May 11th, 2007 at 10:00 pm
“Daniel Salas (20:48:34)
:
En el Gran Combo se moderan los comentarios. Eso no es lo mismo que
prohibirle a los otros a que digan las tonterías que quieran en sus propios
blogs.”
pero si eso es lo que tú y Pérez hacen todo el día!! patrullan
la cholósfera, en especial aquellos que han chocado con ustedes o su argollita, y sacan de contexto cualquier afirmación hecha en un post para difamar a su autor (en vez de comunicarse con él o ella en privado, como indica el punto 3 del Blogger’s Code of Conduct que ustedes dicen suscribir).
(...).
La bronca pasó de dos personas a "su argollita". Este es el Sr. Marco Sifuentes que después nos acusaría de "amigueros". Así comenzaron los problemas con este grupo. No los había, pero acabó por haber. Marco Sifuentes rápidamente adoptó el discurso de Daniel Samanez. Sin embargo, después diría en este post:
ocraM dijo...
just for the record: yo nunca me peleé con rendón, pero cuando el accionar de Juan Pérez descendió a niveles sinceramente escalofriantes, SR simplemente optó por ser más amigo de sus amigos que de la verdad y me baneó. y a varios otros. el GCC se convirtió en GCU.
Hasta el momento yo no había participado del debate sobre el post de Daniel. Sólo veía un grupo de gente al cual NUNCA me había referido en términos negativos comenzando a meterse con el GCC, incomprensiblemente apoyando a alguien que injustamente se metía con el grupo. Más aún, mi primera intervención en el post de Daniel es de moderador:
Cada autor o autora responde por sus propios posts. De hecho, a veces tenemos opiniones discrepantes. No nos hemos juntado porque pensemos igual. Creo que cada contribuyente tiene algo que aportar y lo hace. No hay responsabilidad colectiva, sólo individual. Las quejas son con el autor o autora.

Sé que hay una discusión que lleva ya algún tiempo entre Gustavo, Daniel, Marco, y otros bloggers, por momentos un poco avinagrada, pero espero que salga algo productivo de la misma. En este tema concreto tiendo a estar más de acuerdo con Daniel sobre tener ciertos estándares mínimos de conducta. Esto para nada resta consideración (¿es realmente necesario decirlo?) a Marco Sifuentes y su excelente bitácora.

http://www.haloscan.com/comments/silviore/1515940054263586247/#133601
No hay pues mala leche hacia Marco Sifuentes, ni nada que se le parezca. Era una discusión entre dos formas de ver las cosas. Yo tenía mi idea también, pero esperaba que surgiera algo positivo de las discusión. Con los ojos del presente, es claro que fue una esperanza ingenua.

Marco Sifuentes no me responde a la alusión directa y positiva que hago a su bitácora. Si alguien le había dicho algo negativo antes, pues yo como parte del GCC le estaba diciendo algo positivo. No tuve respuesta alguna.

Gustavo Faverón en este comentario me dice:
Disculpa, Silvio, por echar a perder el nivel de la conversación; disculpa en verdad.

Gustavo Faverón 04.23.07 - 7:00 pm #

Gustavo, a pesar de formar parte del GCC, interviene sin dar por sentado que estoy a su favor en nada.

Mal se puede decir, pues, que intervine por amiguismo con Gustavo. Simplemente resultó que un grupo extendió su bronca con dos contribuyentes del GCC (bronca ocurrida en otros espacios, no en el GCC, y ni siquiera cuando estas dos personas eran contribuyentes al GCC) a TODO del grupo. Heredamos broncas que no eran nuestras, pero no por nuestra accíón.


Pero ahí no acabó la cosa. En el mismo blog de Christian Manrique Daniel Samanez intervino con una serie de insultos contra mí y contra el GCC, como si fuéramos los principales enemigos del Perú ("cobarde", "responsables de la continuación de la infamia", "clasistas y excluyentes e incivilizados", "arbitrarios, hipócritas, incoherentes, irresponsables", "La típica pitucada cobarde", "moralmente corrupto", "hedionda media voz", etc.). Y este señor era el que quería se disculpen con él. Yo no lo conocía de nada. Sólo por su participación en el GCC como comentarísta y porque estuvo enviandome emails donde me conminaba a que le publique comentarios en el GCC. Si se revisa lo que le escribí, en ningún momento lo insulto. Simplemente respondo a sus quejas y acusaciones.

Marco Sifuentes celebró esta infamante intervención en tono burlón:
ocram May 13th, 2007 at 9:27 am

sólo por si no lo han notado: me alegra constatar que en el gran combo han adoptado la regla de “haz lo que quieras con tu blog” y “no dejes que nadie arruine tu blog”. :)

(...)
Igualmente Christian Manrique, después de haberse sumado al discurso que censuramos a Daniel Samanez y haber dado cabida a una serie de insultos a mí persona, procedió a pontificar, calificando el problema como "rencillas personales":
Christian Manrique May 13th, 2007 at 1:06 pm

(...)


Y, bueno. Daniel Samanez. Ese tipo de discusiones y rencillas personales con Silvio Rendón, en privado por favor. Ambos ya expusieron su punto de vista y fueron tolerantes - y nosotros también -. No lleguemos al insulto. Estamos en una discusión entre caballeros y como tales debemos comportarnos.

Esto es tirar la piedra y esconder la mano. La llamada a que "este tipo de discusiones" azuzadas por él sea en privado vino convenientemente tarde, cuando el daño a otros ya estaba hecho.
(A pesar de sus gruesos insultos, y de que tiene dos blogs de insultos al GCC, a Daniel Samanez posteriormente se le volvió permitir comentar en el GCC, pero siguió insultándonos en la misma forma como lo había hecho en estos comentarios. Desde entonces no comenta en el GCC, aunque lo ha hecho usando pseudónimos o anónimos. Es la única persona persona bloqueada en el GCC (ver aquí.).

Pero este no fue el único espacio donde se nos involucró con este conflicto preexistente al GCC. Fue también en el blog de J. A. Godoy a quien le comento:
Silvio dice:

12 Mayo 2007 a las 5:27 pm

No estoy de acuerdo con tu comparación. Magaly da la cara y la podemos criticar directamente. Si ella nos difama, podemos defendernos pública y legalmente, como ha ocurrido en varios casos. No es el caso con los anónimos y sus insultos y robos de identidad. Hay límites, hay delitos. Como la internet facilita esa impunidad, entonces la regla que manda es “todo vale”. ¿Qué pasa si alguien no se “autoregula” y sigue y sigue? Pues que el asunto irá creciendo. Alguna gente se podrá resignar y no hacer caso, dada la impunidad, como cuando nos resignamos a que una calle esté siempre sucia y simplemente aguantemos la respiración. Otra gente no se resigna. Y es que no nos deberíamos resignar y obviar el problema. No veo por qué contra la censura que se nos vendría sí debemos hacer causa común y no deberíamos hacer causa común contra las difamaciones y robos de identidad en la internet. ¿No debería ir una cosa con la otra?

Lo que noto es que el tema se ha vuelto completamente personal (si la persona X no me cae, pues le doy la espalda y no me meto; es SU problema), pero fíjate también que los ataques anónimos van llegando a cada vez más gente. Ojalá que no te lleguen a ti también y en ese momento ya sea muy tarde.

A J.A. Godoy una vez le plagiaron un post en La República. Se quejó insistentemente. Desde el GCC lo apoyamos incondicionalmente en su intensa y sonora campaña anti-plagio (El periodismo peruano contra los blogs ). No estábamos en malos términos, al menos así lo pensaba yo. Me replica:
A mi también llegan ataques anónimos, como lo comenté hace un tiempo incluso he tenido que bloquear el acceso a un troll que incluso pretendía decir infundios sobre mi vida privada. Los mecanismos están ahi para que los usemos y creo que antes que una censura hay otros pasos que no afectan la libertad de expresión.
A ver, él bloquea el acceso a quien considera un troll, pero si uno hace lo mismo me pontifica que no hay que "censurar" para no afectar la la libertad de expresión. OK. Voy entendiendo. Le pregunto:
Silvio dice:
12 Mayo 2007 a las 7:18 pm
OK, yo también acabo de bloquear el acceso a una blogroach. ¿Es eso censura?
Y ya no me responde. Ya.

Poco después diría:
No voy a hablar aquí de censura ni mucho menos. Si Silvio Rendón y los demás integrantes de dicho espacio han decidido cerrarnos las puertas, están en su derecho de hacerlo. Sólo lamento que las discrepancias hayan llegado a este punto. Sobre todo por Rendón, a quien, a pesar de no conocer y discrepar en ciertos tópicos, respetaba como analista económico. Aquí.
Para después de algún tiempo decir:
en la epoca en que la Blog War estaba mas caliente que nunca, Silvio Rendón no solo nos sacó de la lista de blogs recomendados del Gran Combo, sino que de alli de adelante tambien censuró todo comentario que algunos de los que estabamos en el lado "no GCU" hacíamos en dicho blog. Hasta ese dia, podia discrepar con Silvio en tono amable, pero ello me hizo cambiar un poco la percepción sobre su persona. Aquí.
"No voy a hablar de censura ni mucho menos" para después acusar de "censura" y de "GCU". Ya. "Respetaba (en tiempo pasado) como analista económico", "podía (tiempo pasado) discrepar en tono amable", cambió "la percepción sobre su persona". Ya. Nada sutil descalificación la suya.

En ese mismo post inicial de J A. Godoy interviene Roberto Bustamante.

Roberto dice:

12 Mayo 2007 a las 9:07 pm

a mi la verdad, ese rollo de la autorregulación (habiendo sido blanco de insultos por uno de los miembros de gran combo) y de anónimos (siendo además permitido por uno de los miembros de gran combo), me parece una distracción, un engaña muchachos.

mi opción es bien sencilla: dejo de leer tal blog. no entrar en lo posible en alguna guerrita. he allí mi autorregulación.

Bueno, este es otro blogger que se las agarró con todo el GCC. Resulta que según él el GCC se propuso atacar a Roberto Bustamante. Se lo aclaré:
Silvio dice:

12 Mayo 2007 a las 9:32 pm
A Roberto Bustamante, sí, uno de los miembros del GCC te insultó, pero eso fue antes de que Gustavo (es él, ¿no?) se incorporara al GCC, y por no fue en el GCC, sino en tu propio blog. Lo permitiste y lo difundiste. Fue tu propia decisión. Es una ligereza, por decir lo menos, que responsabilices al GCC por ese incidente.

Y sobre el anónimo que te insultó, evidentemente un colega tuyo en el IEP, cuando posteé sobre esta institución, eso fue antes de cambiar la política de comentarios, que anuncié debidamente en un post. Aunque en ese post lo explicaba bien, lamento que te hayan insultado y acepta mis disculpas como organizador del Gran Combo Club.

Por otro lado, no te olvides de tus propios anónimos en los comentarios del GCC, bajo el pseudónimo de “Holguín”. Tal vez sea un ejemplo de tu “autoregulación”.

Efectivamente, Roberto Bustamante había usado el nombre de Holguín para copiar en la página de comentarios del GCC un post del "Gustavo Faveron Patriau's fans club". Una gran belicosidad. Hasta ese momento no tuvimos este tipo de comportamiento en los comentarios del GCC. Entonces dio marcha atrás en su acusación:
Roberto dice:

12 Mayo 2007 a las 9:41 pm
no responsabilizo al gcc, para nada. solo señalo que el tema de la autorregulación es complejo, peligroso y, si vamos a ver lo que ha venido ocurriendo en la chologósfera últimamente, ciertamente risible. (...)

Ya. No dije lo que dije.

Meses después diría:
Ahora, nunca estuvimos de acuerdo con la lógica que imperó en GCC sobre eso que llamaron "código de ética blogger". (Dicho sea de paso, la metáfora de la cuarentena habla mucho sobre esta suerte de idea de que "la blogósfera está enferma" y que hay gente más sana que otra).
24 de febrero de 2008 17:08
Para inmediatamente decir, después de aclarársele el tema:
No me quejé de haber sido censurado en GCC. Pero si pregunté por qué ocurrió. 25 de febrero de 2008 6:51
"No me quejé, sólo pregunté por qué me censuraron". OK. Leamos aquí lo que este señor sentenciaría:
Esta es la misma persona que me ofrecía su solución: "mi opción es bien sencilla: dejo de leer tal blog". Pero no. A la hora de la hora, dale y dale con que qué mal nuestra política de comentarios. De "no entrar en ninguna guerrita" nada de nada. Hasta hace poco se estuvo quejando y acusándonos de tener "aplastantes formas de opinar" porque alguna vez había sido bloqueado en el GCC... No avanzan. Dicen algo, luego se desdicen y vuelven a lo mismo.

A todos estos bloggers no los había yo tratado mal ni nada por el estilo. Tuvieron todos una reacción exagerada. Era muy claro que se trataba de un grupo hostil que buscaba generalizar la pelea a más gente. Por eso, decidí hacer unos reajustes como dejar de recomendarlos en el GCC, retirar al GCC del directorio que los agrupa, e impedir su estrada a comentar en el GCC.

Era muy sencillo. Si cada blog tiene plena libertad para hacer "lo que quiera", pues nosotros haríamos lo que quisiéramos. Y eso era lo que queríamos (Actualización: en el fondo, lo que esperaba es que fuéramos descubriendo, al igual que ocurrió históricamente en las sociedades, el pacto social, entender que respetos guardan respetos. Como diría "Harry, el sucio": "la gente tiene que entender que tiene límites"). Evitar más ataques gratuitos de su parte, pues estaban en una actitud francamente hostil todos ellos, con diferentes estilos. No estábamos nosotros al ataque (Los debates entre Gustavo Faverón y Daniel Salas y ellos se producen básicamente en páginas de comentarios de sus propios blogs, especialmente en el de Christian Manrique y en el post "Pensamiento Sifuentes" en el GCC. El grueso debate no ocurre en el blog de Gustavo Faverón ni de Marco Sifuentes, ni de J.A. Godoy, ni de Roberto Bustamante.). Paralelamente a estos acontecimientos, diversos ataques a contribuyentes del GCC comenzaron a aparecer en blogs anónimos o en comentarios anónimos los blogs de los "blogstars". No era difícil darse cuenta quién los toleraba y alentaba.

Finalmente, los blogstars se agrupan entre sí y lanzan un blog colectivo de ataque personal. No fue contra el GCC. Pero lo anuncian en sus respectivos blogs, involucrando una vez más al GCC:

- "Pako Bardales: Gran combo contra la indignidad",

- Christian Manrique:

Quizá a Silvio Rendón le faltó un poco más de tino para mandarse con semejante sandez, pero está en todo su derecho de buscar lo mejor para su grupo. La prueba de la calidad de uno de sus integrantes la pueden encontrar en el blog creado para esta ocasion.
Les pregunto a ustedes, mis queridos pocos lectores: ¿Se puede discutir con personas que responden con este tipo de argumentos?

Sí que nos brindaron mucha atención. Más aún, pusieron en sus "primera planas" lo que hacíamos:

¿Fin de la guerra de los blogs? Gran Combo Club se retira de Perublogs

Silvio Rendón, Gustavo Faverón, Daniel Salas, Ivan Thays, Susana Frisancho, entre otros, han decidido retirar al Gran Combo Club del directorio de PeruBlogs por discrepancias éticas con muchos bloggers que estamos inscritos ahí.


Ivan Thays no forma parte del GCC, pero bueno. Ya éramos según ellos una "manchita", una "argollita" indistinguilbe. Ni quien los convenza de lo contrario....

En fin, así fue como todo comenzó. En este recuento he evitado referirme a las broncas entre Gustavo Faverón y Daniel Salas con otros "blogstars", pues no es mi tema. Cualquier cosa que hayan podido hacer es sólo problema de ellos y no se justifica tanta animadversión al GCC, blog en que hasta ese momento, mayo de 2007, Gustavo no había posteado nada, y Daniel había posteado algunas veces.

Lo que ocurrió después es historia más conocida, pues la hemos explicado aquí. Nos tocó explicar nuestra política de comentarios ante las repetidas menciones a nuestro blog, por ejemplo,
"Silvio Rendón (...) ha instaurado una censura sumaria a muchos comentaristas ilustres"

Ocram: como víctima del terrorismo blanco del GCU, debo decir que ahora todo tiene sentido.

(Aquí)
En esa ocasión Marco Sifuentes lanzó desde su blog una absurda insinuación de vínculos del GCC con un rebrote terrorista con lo que campeonó en dar golpes bajos en la blogósfera: Sendero Luminoso, Star Trek y guerra de blogs. Algo más aquí.

También en el post de Fabber hubo esta intervención:
jose alejandro godoy dijo...

Fabber:
He leido tanto tu post como el de Silvio Rendón y creo que debo decir algunas cosas, a titulo personal, como uno de los banneados.

Como sabemos, esto fue provocado por una disputa que, a la luz de la distancia (y remarco, a titulo personal), veo quizas como la muestra de mayor improductividad y estupidez que pudimos cometer, de ambas partes. Nos excedimos todos los involucrados, llegamos a devaluar el debate y, finalmente, el que perdió fue el público lector.
(...)
Silvio señala que "el grupito", donde seguramente me incluyen, traía problemas. Creo que olvida los post elogiosos al trabajo de varias de las personas a las que ahora bannea, o las veces que, gracias a un comentario suyo, tuve que hacer una precision o una aclaración que siempre tomé de buen grado y agradecí. Lamentablemente, una disputa con uno de sus amigos fue la que causó el deterioro de las relaciones. Y Daniel Salas también tuvo la oportunidad de comentar en mi espacio cuando lo tuvo pertinente.

No me interesa rogar entrar a un sitio donde no soy bienvenido. Lo que si lamento es que un espacio que podía ser interesante por su contenido haya perdido interés por cuestiones meramente personales. 7:45 PM
Bueno, una vez más. Fue improductivo, fue una estupidez. Ya, pero si piensa honestamente eso ¿qué hizo el Sr. Godoy para remediar la situación? ¿Algún intento de acercamiento? No. No hizo nada. Sólo manifestó eso a título personal, pero ahí quedó la cosa. Posiblemente su grupo no estuviera de acuerdo con él y es el grupo el que manda. No él. Sea como sea, claramente dijo una cosa e hizo otra.

Una vez más aquí el Sr. Godoy hizo gala de afirmaciones inexactas y sesgadas y descalificaciones ("perdido interés"). Los posts elogiosos ya los expliqué arriba. Es de una gran frescura que los vinieran a mencionar cuando mal los respondieron. También he explicado que el problema no fue su "disputa con uno de mis amigos". Fue su grupito el que generalizó el conflicto a más gente. Él participó activamente creando el conflicto, como ya se vio arriba.

(Afortunadamente, con Fabber logramos resolver el tema, y no hemos vuelto a tener ningún conflicto desde entonces. No así con otros bloggers...)

Posteriormente gastamos una brincadeira, Bromas aparte, a partir de la cual eliminamos el bloqueo a algunos/as bloggers. Varios de ellos entraron voluntariamente a comentar en el GCC, y tuvieron comunicaciones abiertas como estas:
@cmanrique susy frisancho era la profe frivolona de psicología, pero siempre

estuvo jodida porque no era rica... http://twitter.com/Reagno/status...tuses/ 550243762

Rendón no me ha baneado: el enemigo de mi enemigo es mi amigo, jajajaj, ta ke http://twitter.com/Reagno/status...tuses/ 552988912
Entraron en una lógica instrumental de amigo-enemigo. Y es curioso, pues en el GCC nadie se metió con el autor de esas líneas. Una vez más, había la necesidad de extender el conflicto a más gente. No era sólo con Gustavo Faverón y Daniel Salas.

Durante la broma restituímos enlaces a sus blogs con el título inicial "En cuarentena" para posteriormente ser "Abriendo puertas". Una vez admitida la broma nuestro gesto unilateral no fue correspondido. Lo señalamos en (Falta de) Reciprocidad. La reacción de Marco Sifuentes (ver comentarios al post) fue

"jajaja recién leo lo de rendón. se queja porque no lo linkeamos!! una ternura" .
Esa fue la respuesta al acercamiento. Una burla.

Ni modo.

Nuestro punto de vista sobre este tema también lo dimos aquí y aquí.


¿Por qué se esforzaron en generalizar la bronca hacia todo el GCC? Tal vez fue un tema generacional pues somos los "viejos" y ellos son los "jóvenes", tal vez se comportaron en forma territorial pues la blogósferea peruana es suya y de nadie más, tal vez de verdad se creen que constituímos una "argolla" que les bloquea posibilidades de crecimiento (?). Ninguna de estas explicaciones tiene sentido, pero vaya a a saber...

Tal vez se trate de algún tipo de incapacidad de su parte para relacionarse en términos correctos. Uno que no entre en sus chabacanerías es igual insultado y maltratado. Se comportaron como una pandilla escolar con un líder vivazo, inescrupuloso, que de vez en cuando les pregunta "¿Con quién están?" y todos responden "Con papá". Y luego él les contesta "Entonces, pues, Machucaos".


Epílogo

Dos cosas.

1. Posteriormente, tuvimos diversos debates, no exentos de ironías y asperezas, entre los miembros del GCC. En mi caso fue con Gustavo y un tanto con Daniel, sobre Mónica Feria, el maoísmo y finalmente sobre Melissa Patiño. No es que no se pueda discrepar abiertamente. En cambio, las discusiones con los "blogstars" no suelen ser sobre temas de fondo sobre los cuales también expresan opiniones (Curiosamente, en más de un tema han estado algunos ellos más cercanos en opinión a Gustavo Faverón que yo, Mónica Feria o sus tardíos pronunciamientos por la libertad de Melissa Patiño. O se pronunciaron (uno de ellos, J. A. Godoy) a favor de la represión, pidiendo ocho años de cárcel para los organizadores de las recientes protestas de Moquegua, cuando a la vez pintaron al GCC como un grupo excluyente y dictatorial. Por mí, normal. Discrepar en estos temas no debería ser motivo de descalificación) . Son sus travesuras en filtrar las notas de un ministro o de usar políticamente las notas de los alumnos del la PUCP o sobre cómo debe administrarse un blog (son ellos los que tienen problemas con cómo administramos el GCC. Ay del que les diga algo sobre cómo ellos/as hacen las cosas en sus espacios...). En temas que podrían debatirse abiertamente, como la transparencia en la administración pública o las cifras de la CVR, juegan al me-refiero-a-ti-pero-hago-como-que-te-ignoro (ver aquí).

2. En algunos posts aludí a comportamientos que involucraban a esta pandilla:
aquí, aquí, aquí, aquí, aquí.

miércoles, 25 de junio de 2008

Huachafo de ayer, cholo de hoy

Hola Daniel

Cuando estaba escribiendo mi anterior comment trataba de acordarme de un libro que leí para mi tesis de licenciatura. Ahora que estoy en casa te doy el dato. Se llama La lima que yo vi del periodista boliviano Nolo Baez. Es buenísmo, si puedes, búscalo. Es de comienzos del 900 y trata de como este colega veía la sociedad limeña de la República Aristocrática. Lo que le llamaba la atención era que todo limeño parecía tener a quién decirle huachafo, pero a su vez había alguien que le podia llamar huachafo a él. Yo percibo que sucede similar con el término cholo, a juzgar por la manera en que se está usando la palabra.

Ahora bien, habría que explicar que el término Huachafa se popularizó a principios del siglo XX para calificar o descalificar a las mujeres que intentaban aparentar ser de una condición social superior a la que eran pero sin lograrlo. Luego, el término también se utilizó para los varones y experimentó un proceso que lo llevó a ser sinónimo de mal gusto. Miguel Rodríguez Mondoñedo estoy seguro lo explicaría de forma más precisa, pero en resumidas cuentas es lo que pasó.

En la literatura peruana de las primeras décadas del XX una figura recurrente es la de la Huachafa, tema sobre el que se discutía con similar pasión que ahora con lo de lo cholo. Claro, en esos años nadie se reclamaba huachafo como hoy sí cholo - y hace relativamente poco Chicha -, pero en otros aspectos sí coinciden ambos debates. Si repasamos lo que se ha escrito sobre qué es lo que hacen o dejan de hacer los cholos, veremos que se incide bastante en el gusto, categoría de lo más subjetiva. Huachafo significó o significa no tener buen gusto por ser de determinada clase social. Para ser considerado cholo, según las definiciones que se están dando ahora, basta algunos patrones de conducta y preferencias más allá del aspecto racial.


Unos ven en estas características que se le achacan a lo cholo motivo de orgullo, otros no. Unos se sentirán identificados, otros no. Ya se ha dicho, el término es engañoso. Por momentos parece que lo abarca todo - todo lo peruano, se entiende - pero termina por definir algo vago. Si se lo dices a un desconocido, es un insulto; si es a un conocido, es señal de cariño.


Tal vez me equivoque, pero me parece que Galvez en Una Lima que se va, en medio de sus críticas a las huachafas, las reivindicaba porque a pesar de su impostura mantenían vigentes usos y costumbres que las clases altas iban abandonando. O sea, el perro que se muerde la cola. Algo similar pasa ahora con lo de cholo y su revalorización. Si eliminas el componente racial del término, ¿qué queda? ¿Acaso es fortuito que muchos no se sientan identificados con el retrato que se hace del cholo siglo XXI por cuestiones de gustos y costumbres diferentes a las suyas? No lo creo. Intuyo que, junto con características generalizadas dentro de lo que se quiere englobar como cholo se han colado los prejuicios que sirvieron antes para hacer de esta palabra un insulto. Me explico con temas tocados hace poco. Puede ser que a gran parte de los cholos - incluso la mayoría de peruanos, si se quiere - nos gusta la cumbia. Pero junto a esa característica de la choledad, decir que buscamos imitar los acentos de extranjeros por un sentimiento de inferioridad es buscarle tres pies al gato, perseguir a como dé lugar defectos donde no necesariamente los hay, y achacarnoslo como etiqueta.


Antes de terminar un detalle, Daniel. El costumbrismo no es necesariamente acrítico. El neocostumbrismo o híbridos de cuadros de costumbres que se lee en estos años no se escapa a ello. Recuerda la hasta hace poquísimo vigente China Tudela. Esa columna de humor tenía su grado de ambigüedad. Se suponía que era una burla a los complejos de una pituca, pero lo que tenía más cabida era la manera en que se daba con palo a los "igualados". Había un amor odio hacia esa pituquería que se angustiaba al ver como el NiuPi (Nuevo Perú, si no me estoy pajareando) se iba imponiendo y acaparando más presencia. Recuerdo que una de las bromas a la bancada fujimorista era a que usaban sus parlamentarios medias blancas con terno oscuro, o que una congresista merecía tener un negocio de peluquería en San Borja y cosas así. O sea, bromas dirigidas más a lo externo, accesorio.


Bueno, estimado, creo que me está saliendo muy larga mi respuesta. Un abrazo


Ernesto